Para la creadora y diseñadora Katrin Arens un paseo, una caminata, no son lo que para el resto de los mortales, ya que ella vuelve cargada de todo aquello (un tronco, unas ramas, una vieja puerta, etc.) que le pueda servir para crear muebles y objetos decorativos, o para darles una segunda oportunidad.

Su casa, en el norte de Italia, es un muestrario de todo aquello que ha ido creando y que convive de manera amigable con otras piezas que ha ido adquiriendo en mercados de segunda mano. La vivienda, un antiguo molino del siglo XV perfectamente restaurado, que después sirvió como monasterio, mantiene una atmósfera casi ascética (recuerdo de su pasado religioso) en su simplicidad.

Los espacios, en los que se respira autenticidad y buen gusto, están dominados por el color blanco de los revestimientos, cromatismo solo roto por el color tenue de la madera y de algunos textiles. Un prodigio decorativo basado en la recuperación y el reciclaje.













Más información e imágenes: Kocham Wies

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