¡Voy a tener que desdecirme y decir aquello de "donde dije digo, digo Diego"! ¿Por qué? Porque hace unas semanas, os comentaba en un post, dedicado precisamente al color amarillo, que no soy muy de colores vibrantes, chillones, vamos... que no es lo que predomina en las imágenes de Etxekodeco.

Sin embargo, desde hace unos meses me atraen poderosamente las estancias en las que con unos toques de color puntuales se consiguen focos de atención muy efectivos, que dan un encanto especial a la decoración. Es lo que me ha pasado con esta vivienda.





La vivienda está en el castizo Madrid de los Austrias, en un edificio del siglo XIX, y en su rehabilitación (llevada a cabo por el arquitecto Rafael Llamazares, del estudio A-cero) se ha tenido en cuenta un objetivo muy claro: ganar luminosidad y espacio. Para ello, entre otras acciones, se ha utilizado el color blanco como lienzo, en todos los revestimientos.

La decoración combina admirablemente muebles de diseño con piezas vintage, pero lo que más llama la atención es el uso, por toda la casa, de pinceladas de color amarillo (otro gran transmisor de luminosidad) en textiles (mantas, cojines, alfombras) y complementos decorativos, lo que da una gran uniformidad a todos los espacios de la vivienda.



 

Una gran idea decorativa, con un resultado muy efectivo (y efectista). ¿Qué os parece?


Imágenes: Nuevo Estilo

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