¿Qué sucede cuando te encuentras con un apartamento de 35 metros cuadrados absolutamente desvencijado? ¿Y si, además, eres un amante de la decoración y defensor ardiente de la conservación de las huellas de la edad en las viviendas?

El resultado es el que os traigo hoy: el propietario decidió hacer a su adquisición un pequeño lavado de cara, una limpieza a fondo en suelos y paredes. Todo lo que estaba dañado fue reparado pero manteniendo la esencia del original. Y añadió unos cuantos retratos antiguos, conjugó mobiliario de diseño y vintage, así como alguna que otra pieza de Ikea, lo que en conjunto da a la casa un ambiente muy agradable y acogedor.







Una casa sencilla pero, a la vez, absolutamente acogedora y atemporal.

Fuente: Marie Claire Maison

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