Como las redes sociales tienen algo de vecina "chismosa", muchos de vosotros seguramente ya sabréis (porque lo vociferé en mi Facebook y en mi Twitter) que ayer, después de cumplir mi cita con las urnas (¡toma ya frase hecha!), agarré el coche y me fui hasta Andoain (muy cerquita de San Sebastián), donde la firma Hanbel tiene su sede. 

La razón es que, como cada año por estas fechas, la conocida empresa de mobiliario y objetos de decoración organiza un tradicional "mercadillo navideño" (en esta ocasión del 11 de noviembre al 11 de diciembre) en el que pone a la venta piezas (muebles, iluminación, textil, menaje, etc.) que actualmente están fuera de colección.









Como podéis comprobar, tienen diferentes colecciones y estilos: provenzal, colonial, industrial, neo-vintage, etc.; como dicen ellos mismos, productos que se caracterizan "por un estilo atemporal, no sujeto a las modas efímeras".








No sé si se puede apreciar en las imágenes, pero la verdad es que los descuentos eran impresionantes, llegando en algunos casos al 70%. 

He tenido que reprimirme para no volver cargado a casa aunque, como siempre me sucede, no he debido reprimirme demasiado porque, al final, me he traído un espejo, un centro de mesa para poner velas (sí, también he comprado las velas) y dos metros de tela para hacer cojines (¡mamá, el viernes te la llevo para que me los hagas!)

De todo lo que he visto, os dejo con mi pieza favorita: un mueble con pinta de frigorífico antiguo:


Si no os pilla demasiado lejos, no dejéis de visitarlo. Merece la pena.

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