"Letras para los amantes de la decoración vintage", así es como definen Thierry Bruere y Nicolas Flachot el concepto de su firma Kidimo. Estos dos apasionados de los brocantes, de los mercados de pulgas y, en definitiva, de la decoración vintage, decidieron abrir su showroom en un antiguo taller (que, con sus altos techos y su estética de loft industrial, es en sí mismo una maravilla) de la parisina calle de Saint Denis.
La clave del éxito de Kidimo es la autenticidad de las letras: de zinc, baquelita o madera, todas ellas tienen un pasado industrial y comercial. Los propietarios las han ido descubriendo en sus numerosas incursiones por mercadillos de toda Francia, y las restauran para adaptarlas a los fines que requieran sus clientes.
Yo, que soy un verdadero entusiasta de las letras industriales (a las que dediqué una entrada hace tiempo), estoy ya deseando hacer un viajecito a París y visitar la tienda de Kidimo.
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