Para combatir el frío propio del invierno, nada mejor que compartir hoy con vosotros una casa que huele a primavera, a pesar de tenerla todavía tan lejos. Y este ambiente primaveral proviene del color blanco que inunda cada rincón (suelos, techos y paredes, así como gran parte del mobiliario) de esta vivienda rural de la Dordoña francesa, en la región de Aquitania.

Para romper la monocromía imperante y dar vivacidad a los espacios, la propietaria ha optado por salpicar, por a y por allá, la vivienda con elementos en colores muy fuertes, desde el negro al rosa chicle o al azulón, pasando por el verde lima. Así mismo, con el objetivo de dinamizar la decoración y alejarla de la monotonía, ha distribuido piezas de mobiliario de diferentes estilos y épocas: elementos industriales y vanguardistas junto a otros de líneas más clásicas.

El resultado es sorprendente, muy efectista, consiguiendo un buen ejemplo de estilo country chic o rural actualizado, donde la nota destacada es el eclecticismo.










¿Qué os parece? A mí me gusta muchísimo. Creo que es una muy buena reforma, con la que se ha conseguido salvaguardar la esencia de la vivienda, aportando un toque contemporáneo que ofrece un resultado muy atractivo.

Imágenes: Weranda

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