¡De nuevo con todos vosotros! En el último post os anunciaba mi viaje a Venecia (en realidad un regalo de Reyes adelantado) y en este quiero haceros partícipes del encanto de esta ciudad que, en cada uno de sus rincones, desprende misterio, majestuosa decadencia (si se me permite la antítesis) y, en definitiva, belleza, la belleza de la historia que palpita a través de canales, callejuelas y muros de los innumerables palacios que los surcan.
También me dio tiempo de acercarme a otra de las islas de la laguna veneciana, Burano (a la cual pertenecen las cinco imágenes siguientes), un verdadero estallido de colores y de energía, y de pasar un día en la cercana Verona (las cuatro imágenes últimas) para recordar mis días de estudiante (hace tantos años ya) en esta preciosa ciudad.
Preciosas imágenes, ¿verdad? Todas ellas proceden de mi Instagram, aplicación a la cual estoy cada día más enganchado.
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