Entre las muchas cosas que me parecen ineludibles en un buen proyecto decorativo, una de ellas es la introducción, en cualquier espacio de la casa, de un elemento "sorprendente", que rompa los estándares habituales y que, por lo mismo, llame y focalice la atención.

En el caso de esta cocina es el retrato de las dos primeras fotografías. Además de romper con el casi monocromatismo blanco de toda la estancia, sorprende lo inusual del emplazamiento para un cuadro de estas características, donde lo habitual, en el caso de querer poner alguna obra de arte, sería algún bodegón, imágenes de alimentos, etc.

Me encantan estas opciones transgresoras, llenas de rotundidad, que dicen mucho de las personas que han decidido optar por ellas. Aportan un plus de singularidad que distingue un buen planteamiento decorativo.

¿Qué opináis?

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

Imágenes: Remodelista 

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