El hecho de dedicarte a escribir reportajes de viajes tiene múltiples ventajas, como que viajas constantemente y conoces lugares fascinantes (la mayor parte de las veces), en los que, casualmente, encuentras la casa de tu vida. Es lo que le sucedió a la pareja australiana a la que pertenece la vivienda que hoy os traigo.
En uno de sus viajes de trabajo a la ciudad mexicana de Mérida, en el estado de Yucatán, se toparon con una casa de la que se enamoraron rápidamente. La adquirieron y sin ayuda de arquitectos ni diseñadores decidieron emprender la reforma, con el resultado que se puede apreciar.
Sobresale el colorido de las paredes, tan propio de las viviendas tradicionales mexicanas, los maravillosos suelos de baldosa hidráulica que ocupan gran parte de la casa y sobre todo los soberbios exteriores.
En cuanto al mobiliario y las piezas decorativas (más bien escasas, para dejar respirar los interiores, pero perfectamente seleccionadas) tienen diversas procedencias como tiendas de antigüedades y recuerdos de los muchos viajes que la pareja ha realizado.
¿Qué os parece?
Imágenes: New York Times
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