Quienes me seguís habitualmente sabéis de mi admiración por el arquitecto de interiores bilbaíno Mikel Larrinaga, de quien ya he publicado con anterioridad otros dos artículos (aquí y aquí). Esta admiración tiene su razón de ser en que Larrinaga es quizás el interiorista que mejor sabe interpretar mi concepto de la decoración. 

En esta ocasión os presento la intervención que ha llevado a cabo en un piso del Casco Viejo de Bilbao. La casa está en uno de los edificios neoclásicos con solera que podemos encontrar paseando por esta parte de la ciudad, y de cuya recuperación es experto el interiorista bilbaíno.

El resultado es espectacular y contiene muchas de las características del estilo de Larrinaga: pareces altas, ladrillo y vigas vistos, lienzo blanco. Todo ello unido a un cuidado exquisito en la selección de calidades, colores y acabados, y a una sabia elección de mobiliario: piezas vintage, industriales, junto a obras de arte modernas o iconos del diseño del XX.














Seguro que hay algunos detalles que no os habrán pasado desapercibidos, como el biombo de tres hojas que actúa como cabecero en el dormitorio, y, sobre todo, el armario del recibidor, diseño del interiorista, cuyo dibujo impreso reproduce los planos de la catedral de Valladolid.

Pura genialidad, ¿no?

Fuente: Nuevo Estilo

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