El azul turquesa domina cromáticamente este apartamento cercano a París e impregna el ambiente de esencia marroquí: tal fue la pretensión de Conny, su propietaria. Gran parte del mobiliario fue adquirido en bazares y mercados de pequeños pueblos, fundamentalmente de Marruecos, pero también de otros países de la zona a donde Conny viaja con mucha frecuencia por motivos laborales.
El espíritu viajero y aventurero de la propietaria está impreso en cada uno de los rincones de la casa: en los muebles, las lámparas y los textiles, pero también en las texturas (paredes pintadas con pigmentos naturales), en los motivos y en los adornos: fotóforos, jarrones, lámparas, etc. Sin olvidar esa maravillosa puerta de color azul, tachonada, que da paso al dormitorio, y que aporta teatralidad al esquema decorativo, o la colección de Khamsa o "Mano de Fátima" (uno de los amuletos protectores más populares de la zona de Oriente Medio), colgada en el pasillo.
(Todas las imágenes: Le Journal de la Maison) |
Si la pretensión de la propietaria era que cuando alguien cruzara la puerta de su casa se sintiera transportado a otro mundo lo ha conseguido de pleno. ¿No crees?
Por cierto, cuando ya tenía publicado este post, he visto que Olga, del blog "Mes caprices belges", ha publicado un artículo interesantísimo sobre colchas marroquís, que quedarían perfectas en este apartamento parisino, así que os dejo el enlace para que lo comprobeis: Aquí
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