Creo que yo no podría tener nunca un espacio como el que hoy os presento, y no es porque no me guste, al contrario, ¡me encanta!, sino porque el hecho de tener la cama o el sofá al lado de la mesa de trabajo, supondría para mí una tentación constante. ¡Qué le voy a hacer! Soy de sueño fácil, así que dice mi madre que me duermo hasta en la cuerda de un chorizo, jejeje.
Este encantador apartamento, de apenas 45 m2, está situado en un edificio de comienzos del siglo XX, en la ciudad sueca de Göteborg, al suroeste del país. Además del gran espacio que vemos, que hace las veces de dormitorio, salón y escritorio, la vivienda cuenta con cocina y baño, separados.
La habitación cuenta con una lumionosidad envidiable, potenciada por la blancura de techos y paredes, rematados por un fantástico suelo, en espiga, de madera clara. En cuanto a la decoración, vemos un conjunto de piezas de mobiliario y objetos decorativos, tanto nuevos (vemos algunos artículos de Ikea) como de segunda mano, de diferentes estilos, que conforman un esquema decorativo con mucho encanto.
¿Un must? La pared repleta de cuadros (algunos con el marco vacío), de diferentes tamaños, temáticas y estilos.
Procedencia de las imágenes: Stadshem
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