Situada en un edificio madrileño del siglo XVIII, la casa del interiorista Luis Puerta, uno de los más originales y aclamados de nuestro panorama decorativo, respira eclecticismo en todos sus espacios. Luis Puerta encaró la reforma de su proyecto más personal, planteando unos espacios generosos, limpios (suelos, paredes y techos están acabados en un blanco impoluto), que sirvieran como lienzo calmado en el que situar mobiliario y obras de arte.

El resultado no puede ser más atractivo, un ejemplo perfecto de cómo piezas de mobiliario (exquisitamente escogidas), de estilo clásico en su mayoría, y obras de arte moderno, fotografía, escultura, pinturas (procedentes casi todas de la Galería Ponce+Robles) pueden convivir y establecer un fructífero diálogo que da como resultado un proyecto decorativo de una belleza insuperable. Algo que solo es posible si detrás de él está la genialidad de un gran interiorista.

¿Mi espacio preferido? El dormitorio, en el que la puerta recuperada, de cuarterones de madera luce como una obra de arte más, en perfecto contraste con la sobriedad de la habitación.

Procedencia de las imágenes: Planete Deco, a través de Nuevo Estilo, donde podréis encontrar más imágenes y más información.

 


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