Está en la localidad de Vannes, en la Bretaña francesa, y es un magnífico ejemplo de cómo una buena concepción del interiorismo puede dar como resultado un diálogo perfecto entre la tradición (se trata de una edificación de finales del XIX) y las tendencias más modernas.

Las diferentes estancias presentan un equilibrio ejemplar de lo que decía: muebles clásicos de época junto a piezas de Ikea e iconos del diseño del XX; mobiliario de estilo rural acompañando a llamativos muebles de oficio y de inspiración industrial. 

Creo que es un ejemplo muy sólido de las tendencias actuales, en las que no vemos un estilo predominante sino que el eclecticismo y el mix de estilos en sí mismo es tendencia. Prestad especial atención al salón, donde vemos un sofá del XIX junto a una hilera de butacas de cine, al comedor y sus magníficos archivadores de oficina, o a la cocina, en la que un mostrador de mercería hace las veces de isla para la preparación de los alimentos.





































(Imágenes Vía Art&Décoration)

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