El sábado, un grupo de amigos pasamos un día muy agradable visitando unas bodegas en Elciego (Alava) y después de comer fuimos al precioso pueblo de Laguardia. Al lado de la iglesia de Santa María de los Reyes (absolutamente recomendable la visita, en especial a su maravilloso pórtico policromado), en un jardín anexo, puede contemplarse la escultura "Viajeros", de Koko Rico. En realidad de trata de dos "mesas" sobre cuya superficie descansan maletas, en una, y calzado en otra, a tamaño natural, en bronce, que representan los objetos más necesarios para viajar:



Esta última fotografía me hizo pensar en lo recurrentes que son las maletas, sobre todo las antiguas, en decoración. Quizás porque transmiten el encanto de lo transitorio, pero también porque son una gran metáfora de la intimidad, de lo que guardamos en ellas, del secreto que solo se descubre al abrirlas. O simplemente porque dan un toque vintage y romántico a cualquier ambiente.


(Vía El Bureau)



 (Vía El jardín de los muffins)






 (Vía Antioquia)


 (Vía Sweet and Chic)


(Vía Lilim's Adventures)


 (Vía India pied a terre)



¿Nos vamos de viaje o decoramos con ellas? ¿Por qué elegir, no?

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