¿Qué tal el fin de semana? Yo acabo de llegar de Burdeos, donde he pasado este "puente" de Santiago. Ya había estado con anterioridad, en dos ocasiones, en esta bella ciudad del sur de Francia, pero esta vez me ha sorprendido todavía más que entonces. En sus calles se respira una energía y una vitalidad que pocas veces he descubierto en otras ciudades francesas. El centro es un verdadero hervidero de gente tomando algo o comiendo en las innumerables terrazas, pero sobre entrando y saliendo de los comercios. Porque si de algo puede presumir Burdeos es de tener un nivel comercial extraordinario: alimentación, ropa, pero sobre todo tiendas de decoración.

No sé si habéis oído hablar del "Passage St. Michel". Se trata de una exposición de más de 1600 m2, situada en un viejo edificio del siglo XIX, en la plaza de St. Michel, en donde 33 comerciantes, distribuidos en tres plantas, venden sus antigüedades y objetos vintage: espejos y mobiliario de los siglos XVIII y XIX, piezas clásicas del XX, muebles industriales, tejidos vintage, etc. El lugar tiene un encanto especial y es muy complicado salir sin nada. Yo iba con la idea de comprar un espejo sol (otro, porque ya tengo dos), pero no encontré (sorprendentemente) ninguno. Sin embargo hice algunas fotografías para compartirlas con vosotros:















Me encantan este tipo de fotografías, en las que muebles, espejos, cuadros y otros objetos se reparten un sitio por aquí y por allí, intentando captar la atención de alguien que se los lleve a casa. Es el caos de los brocantes, pero en él reside su encanto. ¿Qué opinas?

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