Los nórdicos nos sacan varias "cabezas" de ventaja, por lo menos en todo lo que se refiere al mundo de la decoración y el interiorismo, y no lo digo solo porque han conseguido que la etiqueta "estilo nórdico" sea mundialmente reconocida y admirada, sino porque tienen un ojo especial a la hora de entender el diseño de interiores. El clima extremo al que se ven sometidos los habitantes de esos lares, gran parte del año, con el consecuente disfrute de las viviendas, es una de las razones más frecuentemente repetida para explicar este "amor" por la decoración.
Todo lo anterior viene al caso porque no deja de sorprenderme el cuidado con el que las inmobiliarias nórdicas "estilizan" las casas que ponen a la venta, lo que se conoce como Home Styling, una práctica que aquí brilla por su ausencia. Parece que, en nuestro país, cuanto más destartalada y fea se vea una vivienda, más fácil va a ser venderla. Las webs de estas inmobiliarias del norte no tienen nada que envidiar a las mejores revistas de decoración. Y a las pruebas me remito.
El apartamento que hoy os presento, 68 m2 en el barrio de Vasastan, al norte de Estocolmo, es un perfecto ejemplo de lo que vengo diciendo. En él podemos ver cómo se ha cuidado con mucho esmero hasta el más mìnimo detalle. Objetos decorativos por todas partes, perfectamente elegidos, cuadros, plantas, estanterías repletas de libros, fruta encima de la mesa de la cocina, la cama deshecha, con la consiguiente sensación de casa "vivida", incluso en el baño no faltan jabones, toallas e, incluso, el detalle del tubo de dentífrico "espachurrado".
¡Cuánto nos queda por aprender!
Procedencia de las imágenes: Fantastic Frank
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